TRAGEDIA DEL HUMO
MINA EL TENIENTE
SEWELL
19 DE JUNIO DE 1945
SEWELL, PATRIMONIO DE LA MINERIA CHILENA
6.1.17 La “Tragedia del Humo”
El Humo fue uno de los accidentes más graves ocurridos en Sewell. La
tragedia se ocasionó por un incendió en la fragua de un taller
subterráneo utilizado para la manutención de carros metaleros, ubicado
en el nivel Teniente 1. El incendio propagó monóxido de carbono por
varios túneles del mineral. Los superiores de la superintendencia de la
mina dieron aviso para la evacuación de los trabajadores, pero esto no
fue suficiente para impedir el desenlace del siniestro. Muchos mineros
quedaron atrapados en las jaulas de los piques y sus proximidades; el
monóxido de carbono, convertido en una nube de humo, los intoxicó
provocándoles desmayos y, luego, la muerte La acción de los voluntarios
no fue suficiente para rescatar a los trabajadores que aún seguían con
vida, convirtiendo este accidente en el más negro de la historia del
mineral. Según las estadísticas, ese día fallecieron 355 trabajadores,
que representaban un 30% de los obreros que laboraban en ese turno.
Las víctimas tenían un promedio de 31 años de edad; el 40% era casado,
dejando 150 viudas y 420 hijos huérfanos de padre. La ceremonia de los
funerales de los mineros, en el cementerio Nº 1, contó con la presencia
de 25.000 personas, entre las cuales se encontraba el Presidente de la
República, Juan Antonio Ríos.
La “Tragedia del Humo”, nombre por el cual se conoce el incendio, es la
peor catástrofe que se conoce en una mina metalífera en el mundo. Las
investigaciones policiales y jurídicas concluyeron que la compañía
Braden Copper Company no tenía participación en el suceso, pero la
gravedad del siniestro marcó la realidad nacional, ocasionando reformas
en la legislación social chilena. Esto llevó a que se implementaran
grandes pagos de indemnizaciones, cambios en la ley de accidentes del
trabajo y del Código de la Minería.
Al interior de la Braden Copper Company el accidente también significó
fuertes cambios: se formó el Departamento de Seguridad e Higiene
Industrial; el Departamento Legal; el Departamento de Relaciones
Públicas, y el Departamento de Entrenamiento Industrial. Además, se
realizaron estudios de todas las operaciones de trabajo al interior de
la mina, de los conductos de ventilación, y se estableció el uso
obligatorio de elementos de protección personal.
8.8.2 La tragedia del Humo
8.8.2.1 Inicio del incendio
El 19 de Junio de 1945 se produjo el accidente mas grave que ha ocurrido
en El Teniente. Fue denominado El Humo, y terminó con la vida de 355
hombres, lo que significó el deceso de un 30% de los obreros del turno
A.
Desde el inicio del incendio hasta que fue apagado transcurrieron 10
horas, en las cuales se esparció por todo el yacimiento una capa de humo
formado por hollín o carbón, hidrocarburos y monóxido de carbono.
El incendio comenzó a las 7:30 horas en la fragua del taller mecánico,
ubicada en la boca de un socavón, afuera de la mina. La fragua de El
Teniente se encendía todas las mañanas. El día del accidente ésta fue
encendida, tal como se hacia habitualmente, con la diferencia que se
esta vez se calentó combustible para aceitar unos carros. Producto del
congelamiento de la capa superior del aceite, éste llegó hasta la
ebullición y luego explotó, incendiando el rubberoil y la enmaderación.
Una vez comenzado, el incendio no pudo apagarse porque no existían
llaves de agua entre el pozo de las locomotoras y la fragua. Media hora
después del comienzo del incendio, se produjo una explosión ocasionada
porque la “combustión de rubberoil desprendió abundante monóxido de
carbono, que al saturar un lugar cerrado y ubicado al borde de una boca
mina, empujó los tapados hacia fuera, desatando una violenta corriente
de aire. La entrada de oxígeno generó un espiral en forma de L con la
chimenea principal de la mina, cundiendo el fuego y propagando el humo
mortalmente. Además ella provocó la expulsión de la puerta contra
incendios y la rápida invasión del gas tóxico en el interior de la
mina”.
Una vez recibido el anuncio del incendio en la mina, la Braden Copper
comenzó a tomar medidas para salvar a los obreros. Estas órdenes fueron
evacuar a los trabajadores del yacimiento, apagar el sistema de
ventilación para que el humo no se propagara, y cerrar puertas de
seguridad para controlar el incendio. Lamentablemente, la sustancia
toxica invadió todo el yacimiento, incluyendo las jaulas donde estaban
los ascensores y las escaleras que tenían los piques.
El escape de los obreros fue lento; muchos no creyeron en la situación
de peligro, y otros, que obedecieron las órdenes, no conocían las vías
de evacuación por lo que no pudieron huir. Entonces, fueron rodeados por
el humo, que mataba inmediatamente a los hombres que lo aspiraban. Al
ser invadidas las jaulas con gas tóxico, los jauleros tuvieron que dejar
su puesto de trabajo porque no tenían máscaras de oxigeno, eliminando
este sistema como vía de escape. El humo aprovechó además los canales de
ventilación para dispersarse, bajó por el antiguo pique 1 invadiendo
toda la parte inferior de la mina, utilizando los demás piques como
conductos. Esto ocurrió 43 minutos después de producirse el incendio, en
tanto que las órdenes de evacuación fueron dadas recién 45 minutos
después su inicio. Esto quiere decir que las medidas de rescate fueron
más lentas que la acción del gas mortífero.
8.8.2.2 Rescate
Antes de que el humo cesara, entró al mineral la Cuadrilla de Rescate
que estaba compuesta por hombres entrenados que poseían mascaras de
oxigeno. Para apagar el incendio se utilizaron mangueras con agua,
siendo controlado recién a las 19:45. El siniestro no afectó a todo el
mineral; se expandió solo en la fragua, en los talleres mecánicos y
eléctricos, y en el postal de El Teniente 1.
Luego de apagado el incendio, se procedió al rescate de los
sobrevivientes y al traslado de los obreros fallecidos al exterior de la
mina.
Una vez “controlado el siniestro, al caer la tarde, de inmediato aumentó
la labor general de rescate que se prolongó toda la noche. La orden fue
registrar cada rincón para encontrar a todos los que estuvieran
aislados y llegar a tiempo para reanimar a los que estaban
inconscientes. Pero como había que ir con cuidado, sólo jefes y
empleados que conocían bien el interior de la mina y entrenaban en
recate, ingresaron provistos de mascaras de oxígeno”.
En la medida que el humo se fue retirando aumentaron los esfuerzos, ya
que en un inicio entraron al mineral únicamente grupos autorizados. Sólo
cuando se comprobó que no quedaba monóxido de carbono se permitió la
entrada a grupos de voluntarios para buscar a las victimas. En el
rescate participaron el cuerpo de bomberos y de carabineros. Los cuerpos
fueron trasladados desde El Teniente 5 al exterior del yacimiento por
camilleros. El personal del hospital también acudió al lugar del
siniestro, trasladándose tres médicos, tres practicantes, tres
auxiliares y el equipo de primeros auxilios. Ellos se dividieron en dos
grupos, ubicándose en Punta de Riles y Compresoras para atender a los
sobrevivientes y reconocer a los obreros fallecidos.
En el sector de las Compresoras, las víctimas eran reanimadas para ser trasladadas a Punta de
Rieles, donde recibían nuevamente atención médica. Después eran
trasladadas al hospital de Sewell, que llegó a atender a 81 trabajadores
que presentaban, en su mayoría síntomas de intoxicación.
8.8.2.3 Identificación y funerales
Los muertos fueron trasladados a la morgue del campamento y, cuando
superaron la centena, fueron llevados a la Escuela Vocacional. Una vez
allí, comenzaron las labores de reconocimiento e identificación. Al
llegar, los cuerpos eran ubicados con una tarjeta blanca que exhibía el
número de ingreso y, posteriormente, el nombre del obrero. Después de
ser identificado, el cadáver era trasladado a una sala, en la cual era
aseado, vestido y puesto en una urna con su número de registro.
Luego, el ataúd era trasladado a Rancagua acompañado de sus deudos, para ser enterrado en el cementerio de la ciudad.
El primer funeral de los trabajadores fue efectuado el miércoles 20 de
junio, y contó con la presencia del presidente Juan Antonio Ríos. “El
primer mandatario y autoridades encabezaron la columna fúnebre, seguidos
de la banda Militar que rendía honores, y de los ataúdes, que avanzaron
rodeados del público y lamentos” (BAROS, Celia. 2000. Pág. 206). El 21
de junio se realizó el segundo sepelio, en donde se enteraron 125
obreros. Finalmente, el 22 de junio fue el último funeral, en que se
enterraron 149 trabajadores.
Las victimas fatales de la tragedia de El Teniente fueron enterradas en
el Cementerio N° 1 y en el Cementerio N° 2. Cada tumba fue adornada con
una lápida y una cruz blanca, y frente a ellas se hizo un gran muro con
placas de bronce donde fueron escritos los nombres de los obreros. La
Braden Copper declaró tres días de duelo, paralizando las faenas durante
el rescate y las siguientes tres jornadas, para retomar el trabajo el
sábado de la misma semana.
10.6 TRAGEDIA DEL HUMO
El suceso más importante que ocurrió durante toda la historia de Sewell
fue la Tragedia del Humo, suceso que ocurrió el 19 de junio de 1945 y
que cobró la vida de 365 obreros, marcando a varias generaciones, y
cambiando trascendentalmente las políticas de la Braden. El campamento
nunca volver a ser lo mismo luego de esta tragedia, que conmovió al país
y al mundo, impulsando campañas de solidaridad y ayuda para las
familias de los obreros muertos.
El recuerdo de esta catástrofe todavía sigue vivo en los sewellinos,
constituyendo el punto más sensible y doloroso de la vida en el mineral.
A continuación, Rosa Ubilla relata cómo fue el desarrollo del Humo en
el campamento: “… Cuando fue la catástrofe del Humo, que fue el 19 de
junio de 1945, nosotros estábamos durmiendo y mi mamá nos despertó a
todas nuestras hermanas y dijo, a levantarse porque fíjese que han
pasado ocho camillas, y nos levantamos y ya no eran ocho. Después eran
dieciocho, después eran ochenta, después eran cien, después eran 200,
después eran trescientas. Eso también me dejó marcada porque despareció
un nivel entero, con un jefe de nombre Ramón Torres y no lo ubicaban. Y
este jefe con sus cincuenta o sesenta trabajadores en vez de salir a
encontrase con el Humo, le hizo el quite al Humo. Siguió, siguió con su
gente y apareció en una parte en las puertas del cerro, y ya era puro
cerro y la abrieron y ahí se salvaron…
Hay una parte que dice “los huesos de los muertos pesan más que la carne
de los vivos”, y es por eso que después de la catástrofe del Humo, la
jefatura se dedicó a poner más ventiladores, poner mascarillas,
ventilado total. Si fue que se asfixiaron, no se quemaron. Fue una
asfixia que hubo y quiere que le diga una cosa, ese humo era de color
amarillo…porque los bigotes de los hombres, los vellos de las fosas
nasales y el pelo estaba ligeramente amarillo.
Entonces, después, se arregló mucho la cosa, tomaron muchas medidas de
seguridad, hubo un contrato para pura gente egresada de la escuela de
mina que había hecho cursos de seguridad, como atender a un recién
asfixiado…cambió todo porque fueron 365 vidas y están enterradas aquí en
el Cementerio N° 2. Y yo a Dios gracias, no perdí a mi papá, pero voy
todos los años a la Romería…
Como éramos cabras ya contábamos las camillas, van cien, van doscientas,
van trescientas… nevó cualquier día y el 19 de junio justo dejó de
nevar y vino un viento blanco y la gente en las esquinas arrebozadas con
frazadas, con charlones, eran llantos, eran gritos y también eran
alharidos…”
Luego de la tragedia, “se hizo una colecta nacional e internacional,
entonces ahí se juntó mucha plata, mandaron los países de afuera
plata…fue muchísima plata con que se compraron los terrenos…de la calle
Freire que es una avenida ahora, hasta donde está el terminal ahora, de
ahí eran los terrenos de largo de la Alameda y del ancho de la población
Alameda a una población que se llama población O´Higgins. Todos esos
terrenos los compraron con el fin de hacerles casas a las señoras viudas
con sus hijos y resultó que les empezaron a vender los terrenos y les
hicieron unas casas pariadas chicas, sin antejardín, con un buen pedazo
de sitio hacia adentro, pero no como tenía que haber sido. Era para
haberles hecho una tremenda casa con antejardín y entrada de auto…”
Lamentablemente, “la empresa les pagó una miseria, no me acuerdo si eran
1.100 o 1.200 pesos, que recibían mensual las viudas. Entonces una
miseria. La gente todos nosotros sufrimos harto y mucho. Los mayores nos
quedamos sin educación por lo mismo, tendrían que haber ayudado a la
gente, a los hijos, por lo menos a los mayores a educarse, cosa que no
hicieron”.
"Tragedia del Humo, Testimonio de una Epoca" (www.areaminera.com/.../Noticias/2002)
El mural del pintor Claudio Goycoolea "Tragedia del humo: testimonio de
una época" fue presentado el pasado viernes en el ex Club Social de
Sewell. La obra, de grandes dimensiones, será una pieza clave del Museo
Minero de Codelco-Chile División El Teniente, iniciativa que prepara el
camino para llevar al antiguo campamento minero de Sewell a convertirse
en Patrimonio de la Humanidad.
Tragedia en Sewell
("Así lo Vío Zig Zag", 1980)
"La Tragedia del Humo": A 60 años del peor accidente minero en Chile
(Diario El Mercurio, 20 de Junio de 2005)
Eran las 6:30 de la mañana del martes 19 de junio de 1945, una onda
polar castigaba a gran parte del país y el frío calaba hondo en los
cerca de mil mineros que hace algunas horas habían comenzado sus turnos
en los piques subterráneos de El Teniente.
Media hora después, una explosión se oyó a lo lejos. Un incendio se
había desatado al interior de una bodega de materiales, junto al pique
"Teniente C". Las llamas se propagaron a unos tambores de petróleo que
estallaron con facilidad.
A continuación, gruesas columnas de humo empezaron a avanzar por los
túneles. Los mineros que se encontraban más cerca del siniestro,
lograron escapar entre el humo y el fuego. El resto buscó refugio en los
pasillos de seguridad construidos en las galerías o al fondo de los
piques.
En ese momento se dio la alarma por vía telefónica interna de la mina,
pero ya era demasiado tarde, el denso humo se había propagado y los
sistemas de ventilación no funcionaron. Una nube densa impedía la visión
y el escape de la gente. Además las salidas de emergencia no estaban
correctamente señalizadas, lo que resultó decisivo en las proporciones
de la tragedia.
Alrededor de las 20:00 horas el fuego pudo ser controlado, pero el humo
inundaba todo y los rescatistas tuvieron que esperar hasta el mediodía
del 20 de junio para entrar a los túneles.
Afuera, la voz se corrió rápidamente y casi todos los habitantes de
Sewell, el campamento modelo enclavado en la montaña, se habían reunido
angustiados, solicitando detalles del siniestro y esperando ver con vida
a sus familiares.
Durante tres días los hombres trabajaron sin descanso, pero
lamentablemente los esfuerzos fueron infructuosos: 355 mineros yacían
sin vida y otros 747 estaban heridos.
Las causas
Los trabajadores no fallecieron producto del fuego, sino asfixiados y
envenenados por el monóxido de carbono, que deja inconsciente a las
víctimas. A eso se sumó la desesperación que se apoderó de la mayoría.
Un informe elaborado por el Superintendente de la mina en esa época,
estableció que la causa más probable del accidente fue el calentamiento
de petróleo de un tambor que se habría puesto al fuego para ser
procesado. El fondo del tarro habría explotado e incendió el techo,
generando una corriente de aire que inundó el lugar de un humo tóxico.
La "tragedia del humo" se convirtió en el accidente más grave de la
minería chilena y el más costoso en pérdidas humanas de un yacimiento
metálico a nivel mundial.
El funeral fue realmente imponente, convocó en Rancagua desde el
Presidente Juan Antonio Ríos al poeta Pablo Neruda. El Gobierno decretó
duelo nacional por tres días, el comercio cerró sus puertas, los
edificios públicos y las casas particulares izaron banderas a media
asta, los teatros suspendieron espectáculos y las escuelas suspendieron
sus clases.
Después de una misa celebrada durante la mañana del 20 de junio en
Sewell, los primeros ataúdes fueron llevados a la estación de
ferrocarril rumbo a Rancagua, pues el campamento carecía de cementerio.
Muchos culparon a la empresa por las causas del siniestro. De hecho, el
Congreso promulgó leyes para quitarle atribuciones, provocando la
politización de la tragedia.
La compañía, por su parte, le bajó el perfil al accidente, indemnizó
económicamente a los familiares de las víctimas y les construyó un
poblado en Rancagua, conocido como la Población Las Viudas.
Las lecciones
El impacto que causaron las muertes en la comunidad obligó a innovar e
introducir sistemas de seguridad en el trabajo que en ese entonces se
practicaban en Estados Unidos y Europa.
A partir de ese momento, la mentalidad y los hábitos de los mineros
sufrieron un verdadero cambio. Se instauró el concepto de prevención de
riesgos en la gestión y se creó el Departamento de Seguridad Minera que
estableció procesos de comunicación directos con todos los trabajadores.
Las mejoras fueron tan significativas que El Teniente ganó el premio
internacional a la seguridad durante 14 años consecutivos.
Asimismo, la tragedia obligó a reformar varias normas como la Ley de
Accidentes del Trabajo, que el Congreso tramitaba hacía varios años.
Tragedia del humo: Fallecidos merecen un lugar virtuoso para el eterno descanso
(www.elrancahuaso.cl, 04-04-2008)
Este accidente se convirtió en el accidente más grave de la minería
chilena y el más costoso en pérdidas humanas de un yacimiento metálico a
nivel mundial. Sin embargo, su tumba permanece sin el más mínimo
recordatorio de la tragedia.
Era de esperar que muchos culparan a la Empresa por las causas de este
fatal siniestro. Por ello, el Congreso promulgó leyes para quitarle
atribuciones, provocando la politización de esta tragedia. Por supuesto
que la Compañía le bajó el perfil al accidente y quiso subsanarlo
indemnizando económicamente a los familiares de los fallecidos. Inició
este “arreglo” construyéndole una población en la ciudad de Rancagua,
hasta hoy muy conocido: Población Las Viudas.
Como gran Empresa, y debido al impacto ocurrido con las recientes
muertes, se trazaron proyectos que obligaban a innovar e introducir
grandes sistemas de seguridad en el trabajo, sistemas que, por supuesto,
tenían real impacto en Estados Unidos y Europa.
Debido a este evidente cambio, se presentó ante los mineros la gran
oportunidad de avanzar, a la par, en el tema. Se implantó el concepto,
desconocido en esos tiempos, relacionado con la Prevención de Riesgos en
la gestión, y se creó el Departamento de Seguridad Minera, significando
ello un cambio radical. Esta decisión, en su desarrollo, llevó a la
Empresa a ganar el Premio a la Seguridad, ni más ni menos que por 14
años consecutivos. Como consecuencia de esta tragedia, se reformaron
varias normas, entre ellas, la ley de Accidentes del Trabajo, que el
Congreso se encontraba tramitando desde hacía bastante tiempo.
Todo no podía quedar ahí. Comenzaron a iniciarse procesos judiciales
para determinar a los responsables del incendio que originó la tragedia.
De la misma forma, el Congreso comenzó una investigación para buscar
las responsabilidades que recaían sobre la Empresa Braden Copper
Company.
Este accidente marca un hito dentro de la legislación laboral chilena,
ya que desde entonces en adelante comenzariá a desarrollarse la moderna
legislación sobre higiene industrial y prevención de riesgos. Esta
tragedia ha marcado, en forma intensa, a los trabajadores mineros de El
Teniente, siendo este accidente recordado habitualmente en las
capacitaciones de seguridad realizadas al personal.
Desde el año 1946, cada 19 de junio, el "Sindicato de Trabajadores
Sewell Mina" organiza una romería al Cementerio 2 en memoria de los
fallecidos, donde concurren, además, los familiares de los fallecidos y
representantes de la Administración.
Respecto a este último párrafo, con una situación de vivencias y de
recuerdos tan delicada, nace un par de preguntas, muy simples, en la
búsqueda de una respuesta real.
1.- Por qué la falta de respeto de los usuarios del Cementerio Nº 2, que
no cumple con las normas y principios de obediencia, en el cuidado de
algo tan importante, como es el lugar que acoge a gente que se ha ido?
2.- ¿ Por qué solamente el día 19 de junio, día de la romería, se
embellece el lugar donde permanecen los restos de estos mineros?
3.- ¿Por qué la Empresa no se preocupa, en parte, de la reparación y
mantención de este lugar, en honor a estos mineros que sirvieron a la
Empresa?
¿ Habrá cambios después de estas preguntas? Sólo miremos las fotografías
sacadas en Marzo de 2008 (Pasto seco, tumbas descuidadas, imágenes
rotas, aridez, abandono). Tenemos 2 meses y medio para cambiar el
aspecto de la última morada de esta gran cantidad de hombres esforzados,
que entregaron su vida en beneficio de la entonces Braden Copper
Company y que bien merecen un lugar más meritorio para su descanso
final.